Una receta para aprender a leer leyendo

Una receta para aprender a leer leyendo

¿Qué es leer de a de veras? ¿Quién es un lector auténtico? Según Felipe Garrido, en su libro ‘Como leer (mejor) en voz alta’, un verdadero y autentico lector es, simple y sencillamente, alguien que lee por voluntad propia. Es alguien que sabe que leyendo puede encontrar respuestas a sus necesidades de información, capacitación y también por el puro gusto, por el placer de leer.

El placer de leer, dice Garrido, significa que se ha descubierto que la lectura es una fuente de experiencias, emociones y afectos y que puede consolarnos, darnos energía o inspiración. Que alguien lea por gusto, por placer, prueba que es un buen lector.

Pero, ¿cómo se llega a eso? Así como no se nace leyendo, tampoco nacemos con el gusto de leer. Pero se puede aprender.

Los lectores son pocos, y los de libros aún menos. En México, hay 60 millones de mexicanos capaces de leer y escribir. De hecho, unos doce millones son quienes leen diarios, revistas, historietas o en las redes sociales únicamente, pero se calcula que poco mas de medio millón de mexicanos son compradores de libros.

De esta forma, la lectura voluntaria no se enseña como lección, se transmite, se contagia como afición. Así, veamos los diez pasos para crear buenos lectores en casa o en la oficina.

Ingredientes:

1 libro fácil y divertido.

1 buen lector

1-30 personas, buenos lectores o no.

Pasos a seguir:

  1. Para preparar a nuestros buenos lectores, lo primero que tenemos que hacer es leerles 15 minutos al día por gusto. Es muy importante que no sea obligación. Si es en la escuela de preferencia que no tenga que ver con el tema. Si es en casa que no tenga que ver con la escuela.
  2. El segundo paso es muy importante y deben tomarse en cuenta dos puntos. Uno: la clase de lectores tenemos frente a nosotros: hay que saber sus gustos, antipatías y habilidades. Dos: saber qué tipo de lectores queremos formar, es decir, no olvidemos el objetivo. Es muy importante también contar con una variedad de materiales.
  3. Para nuestro tercer paso, debemos tomar en cuenta que sin tiempos no sale la receta. Hay que establecer un momento fijo de la lectura.  Así el tiempo se irá convirtiendo en un momento especial
  4. Éste es el ingrediente más importante que añadiremos a la mezcla: una lectura interesante y fácil de comprender. En este paso, agregue al gusto.
  5. Dejaremos que la mezcla cuaje. De más a menos. Se comienza leyendo textos cortos y se van alargando. Es muy importante ser pacientes en este punto, hay que dejar que la mezcla cuaje bien.
  6. Cuando tengamos la mezcla lista, es momento de pasarla a los recipientes donde será servida. Por lo que tome esta precaución antes: no lea algo que no conoce. No queremos sorpresas a media lectura, como que no resultara tan interesante.
  7. Los recipientes son la forma en que entregamos nuestro platillo al cliente. En nuestro caso, la expresión a la voz es nuestro recipiente. Su voz es el plato por el cual serviremos el libro a nuestro público. Por ello, debe haber concordancia entre la expresión y lo que viene escrito.
  8. Esta mezcla necesita ver que el chef sabe lo que hace y no es pura pantomima. Es momento de servir el platillo, por favor, siempre con un libro en mano.
  9. Antes de servir recuerde: La palabra convence, pero el ejemplo arrastra.
  10. La lectura, como la comida, todos los días. El platillo debe servirse de preferencia diario y no olvide hacerlo con espíritu aventurero.

La receta no es difícil de seguir. Puede adaptarse a cualquier situación, siempre que cumpla la función principal: crear buenos lectores.

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