Tiene ya meses el estreno ‘Captain America: Civil War’, cuya premisa prácticamente ruega ser comparada a la gran apuesta de este año de la distinguida competencia: ‘Batman V Superman: Dawn Of Justice’. La versión extendida de este último debutó el mes pasado; y con eso, asumo, ya podemos enfrentar justamente a los dos grandes filmes superheroícos.
‘Civil War’ compartió un buen número de beats narrativos con ‘Batman V Superman’. Ambas películas empiezan con un flashback al asesinato de los padres del superhéroe rico, proceden a un conflicto ideológico sobre responsabilidad y jurisdicción teñido de desconfianza y finalizan con una batalla que resulta (¡spoiler!) la maquinación del manipulativo real villano.
A partir de estas similitudes, podemos analizar fácilmente como la realización favorece al filme de Marvel y, considero, no al de DC. En aquello que sea diferente entre ambas películas recaería la clave del éxito de una y relativo fracaso de otra. (No lo digo yo, lo dice la taquilla).
Sin embargo, la diferencia es mucho más evidente al comparar ‘BvS’ no con ‘Civil War’ sino con la previa película del ‘Cap’: ‘Capitán América: The Winter Soldier’. Hay dos climáticas escenas paralelas que sirven como un microcosmos para analizar cómo funcionan sus personajes.
Hacia el final de ‘The Winter Soldier’, el titular antagonista está por derrotar a ‘Capitán América’, pero se hace atrás al escuchar un nombre de su pasado que le hace cuestionar sus motivos: ‘Bucky’. Lo mismo vemos en ‘Batman V Superman’, con el memético «Martha».
En ‘The Winter Soldier’, el momento resulta dramático y emocionalmente drenante. En ‘BvS’, se siente forzado y ridículo. ¿Por qué? ¿Qué podemos aprender a partir de esa diferencia?
La dicotomía, tanto entre las escenas como entre los estilos de Marvel y DC, recae en la utilización de psicología de personaje.
En ‘BvS’, el guionista David Goyer parte de la idea que nosotros como audiencia conocemos y nos importan los superhéroes protagonistas. Nunca se toma la molestia de profundizar en los motivos, objetivos y razones del ‘Hombre de Acero’ ni del ‘Caballero de la Noche’, sino que confía que nosotros ya los conocemos.
Esto no sólo es débil guionismo (una película debe de existir por sí misma, no recargada en obras previas); también es especialmente discordante tomando en cuenta que parte de la premisa de la película es retar expectativas. ¿No te molestas en establecer a tu ‘Superman’, porque «la audiencia ya sabe quién es», pero resulta que tu ‘Superman’ es radicalmente diferente a los demás? Terminamos con un personaje que la audiencia desconoce: no es la versión con la que está familiarizado, pero tampoco se da a conocer como su propia nueva versión.
Mientras tanto en ‘TWS’ tenemos personajes relativamente complejos y desarrollados (énfasis en la palabra «relativamente»). Nos muestran la relación entre ‘Cap’ y el ‘Soldado de Invierno’, y a partir de eso resulta dolorosa la reacción de ‘Bucky’ al escuchar su nombre. La reacción de ‘Batman’ al escuchar el nombre de su madre no funciona, porque, aunque sabemos que ‘Bruce Wayne’ está obsesionado con la muerte de sus padres, la película no se molesta en mostrarnos a fondo por qué y cómo lo afecta.
Por eso el conflicto funcionó en ‘Civil War’ y no en ‘Batman V Superman’. Nos importan estos personajes. Nos han mostrado minuciosamente sus motivos, todos igualmente válidos. Sabemos quiénes son y qué quieren y por qué lo quieren y qué piensan uno del otro. La batalla final es la culminación del conflicto interno entre los protagonistas, la final confrontación de la cacofonía psicológica y moral que se ha estado construyendo a lo largo de la película. Es la resolución real del conflicto.
Mientras tanto, en ‘BVS’, el conflicto interpersonal se resuelve en unos cuantos minutos con un burdo «¡MARTHA!» y procede a una batalla final orientada hacia un afuera contra enemigo externo. Y no podría estar orientada hacia adentro, como la de ‘Civil War’, porque de plano no hay un marco de caracterización en el cuál pueda darse: ‘Batman’ y ‘Superman’ apenas son personajes en su propia película. No tienen personalidad ni caracterización más allá de la que el esperanzado fan deposita en ellos.