Es común encontrarte con este nuevo término, especialmente en las redes sociales y campañas publicitarias (tal el caso de Gillete). Empero, si no comprendes a profundidad qué es la masculinidad tóxica, permíteme que a través de este artículo te brinde una mayor explicación.
De acuerdo con la página “Mens Health” el término hace referencia “A las actitudes socialmente construidas que catalogan el papel del género masculino como violento, no emocional y sexualmente agresivo”.
En otras palabras, decirle a un niño “Los hombres no lloran”, “El hombre es quien manda” y “El hombre es la cabeza de la casa y la mujer es quien lo atiende”, es acostumbrarlos a no mostrar sentimientos. Por lo tanto, usan más la fuerza bruta en vez de la razón, compiten contra su mismo género y sobre todo se posicionan por encima de la mujer, y ven a ésta como débil ante él. A estas características lo conocemos como: machismo.
En esta nueva era digital ha revolucionado un llamado de acción para prevenir la masculinidad tóxica que viene con la ola feminista. Hace referencia a la teoría de la «Espiral del Silencio» de Noelle-Neumann, misma que explica que aquellas opiniones fuera del clima de opinión son eventualmente silenciadas por miedo al aislamiento. Cabe considerar, ¿si la masculinidad tóxica se convertirá en una nueva espiral?
El género femenino estuvo por muchos años es su propia espiral del silencio: sin derecho a votar y/o estudiar, actualmente se encuentra en una constante lucha por ser respetada y tomada en cuenta dentro de una sociedad controlada por el patriarcado.
Este mismo contexto que comparte los principios del feminismo se ha incluido en esta difícil batalla entre saber quién tiene razón y es la misma que, poco a poco y cada vez con menos miedo, alza la voz y señala claro y fuerte los actos estereotipados construidos alrededor de ambos géneros.
Como hemos visto alrededor de la historia, hay muchos que están acostumbrados a poner al “macho” (ojo, no al hombre) como el centro de todo, quienes no quieren que los roles cambien.
Sin embargo, hoy en día no es tan fácil salirse con las suyas en las redes sociales sin tener a la sociedad encima de ti: un hombre o mujer que defiende un acto tóxico es expuesto en seguida en Facebook: es criticado y juzgado. Aquel concepto de “macho” poco a poco se apaga y convierte en un pensamiento anticuado y medieval. Si no lo crees, pregúntale a Kevin Hart, quien tuvo que rechazar el ser presentador de los Oscars por la presión social respecto a sus tweets homofóbicos de hace ocho años.
Hay que considerar que cualquier espiral del silencio vuelve a resurgir, lo mejor sería que tanto hombres como mujeres dejen de educar y justificar a un «macho.
No obstante, mientras esperamos apaciguar la furia de la masculinidad tóxica, aboguemos por un mundo en que la mujer sea respetada, mientras que el hombre no tenga miedo a llorar, abrazar a un amigo, o ser juzgado por algo simple como hacer tareas del hogar.
La lucha es larga, este tema acerca de la masculinidad tóxica tan arraigado en la sociedad, no se irá sin batallar (#NotAllMen).
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