El problema social conocido como “bullying” es un factor que ha provocado la muerte de muchos jóvenes y niños. México es el país líder en casos de violencia escolar en educación básica y se estima que éste problema afecta a siete de cada diez niños de educación primaria y secundaria, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Entre ese porcentaje, está de igual manera comprobado que el acoso por las redes sociales es igual de fuerte que el verbal y cara a cara.
Sin embargo, el bullying no sólo refleja adecuadamente, en términos de violencia humana, lo que se vive en la escuela ni en los hogares de los niños de cualquier lugar. La violencia se origina en el mundo adulto y en los ambientes institucionales, que a su vez crean el espacio de los niños.
Uno cuando es niño aprende de las acciones del entorno que le rodea. Un infante aprende visualmente y, a veces por la inocencia, ve algo que piensa que está correcto, pero realmente el niño no lo sabrá a menos que lo corrijan o que aprenda por su cuenta que no lo está.
El bullying es un problema que no tendrá fin en un futuro cercano pero nunca está de más recordar y concientizar al mundo entero que es algo que trae consecuencias graves. Un claro ejemplo es el jóven de 14 años Sam Connor. Connor vivía en Inglaterra y en su secundaria sufrió de bullying por parte de sus compañeros. El niño los demandó pero no pudo proceder nada a falta de pruebas. Un día que fue con 2 compañeros a la estación de tren, al llegar a la parada se tiró a las vías, se recostó y segundos después un tren le pasó encima. Un suceso realmente trágico.
Y así de grandes llegan a ser las consecuencias del bullying, el mundo ha perdido a mucha gente por este fenómeno. La respuesta nunca es la violencia, espero que este mundo algún día encuentre paz.
