Percy Jackson y los Dioses del Olimpo es una conocida saga de ficción, fantasía y aventuras, escrita por Rick Riordan, ambientada en un mundo donde la mitología griega sigue bastante viva en nuestra modernidad.
La fama de Percy Jackson no es un secreto, vendió más de 45 millones de ejemplares en 32 países. Fox realizó adaptaciones cinematográficas en los 2010’s y Disney + ya la volvió una serie.
Ahora, lo que quizá solo saben los fanáticos de la saga es que, por más divertido que sea tener al dios del vino tomando coca dietética, o al mismísimo Olimpo en un sexcentésimo piso del Empire State, Percy Jackson es más que una saga para niños o adolescentes.
El héroe mítico
En el corazón de los libros está el corazón del storytelling mismo: el mito del héroe, del destino y del deber. El mismo que ha movido a la humanidad desde que aprendió a contar historias.
Algo muy especial de Percy Jackson es que casi todos los personajes son semidioses, cada uno podría protagonizar su propio mito épico, tantas historias se cuentan y muchísimas más quedan libres a la imaginación… pero lo que esta saga hace mejor es deconstruir la idea del héroe.
Rick Riordan brinda nuevos héroes trágicos, tan complejos como Hércules o Aquiles, logrando el efecto que la humanidad siempre ha buscado en las narraciones, pero también hace algo muy importante: subvierte todo el concepto.
Este autor intenta cambiar la configuración del lector mismo, al brindar héroes que corren hacia el lado opuesto de la grandeza, héroes que ante todo son personas.
Percy Jackson, al tener la virtud de ser el protagonista, tiene todo para seguir el patrón de los antepasados héroes griegos: podría fácilmente volverse inmortal como Hércules, destacar por su gran inteligencia como lo fue Odiseo, o por matar monstruos horribles como lo hicieron Teseo y, su tocayo, Perseo.
En su lugar, Rick Riordan hace que millones lo amen por ser un joven inocente cuya debilidad fatal es su gran lealtad y corazón, que ante todo ama a su madre y la comida azul.
