Los policías caídos perdieron la vida intentando rescatar a ciudadanos en desgracia “porque esa era su vocación”, declaró el comisionado Nacional de Seguridad Manuel Mondragón y Kalb.
En días pasados, se realizó una ceremonia luctuosa en memoria de los cinco policías federales fallecidos tras caer un Black Hawk en Atoyac, Guerrero, el fin de semana pasado. La ceremonia se llevó acabo en el Monumento al Policía Caído, en las instalaciones del Cuartel General de la Policía Federal, ubicadas en Iztapalapa.
El presidente Enrique Peña Nieto encabezó el evento y una guardia de honor, acompañado de los secretarios de Gobernación, de la Defensa Nacional y de Marina, así como el comisionado Nacional de Seguridad, el gobernador de Guerrero, el procurador, el director del Cisen, el comisionado general de la Policía Federal y el comisario general jefe de la División de Fuerzas Federales.
Los cinco agentes federales fallecidos son los capitanes: Enrique Briseño Martínez y Desiderio Rosado Zárate; el mecánico de vuelo José Ramón Peláez Prado y los elementos de operaciones especiales Julio César Zarco Castro e Isaac Escobar Bustamante.
El trágico suceso ocurrió mientras la aeronave realizaba operaciones de rescate en el estado de Guerrero tras el embate de Manuel e Ingrid.
Aunque se desconoce las razones por las cuales el helicóptero colisionó, se especula que la aeronave tomó una ruta diferente a la estipulada, según el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Fuente: Milenio