“Pónganme con orgullo las esposas que éstas no me las quitará la Juez, me las quitará el pueblo”.
Ésa fue la ultima frase que Leopoldo López, el líder opositor venezolano, dijo a todos los presentes en días pasados, tras ser condenado a trece años y nueve meses de cárcel.
Finalmente el día de ayer tras varios meses de audiencias, la jueza Susana Barreiros declaró culpable por instigación pública, asociación para delinquir y determinador en daños a Leopoldo López.
Pero, ¿cómo se siente Venezuela? ¿Cómo se siente el mundo?
Leopoldo Eduardo López Mendoza nació en Caracas, Venezuela. Fue alcalde del municipio de Chacao, ubicado en el estado de Miranda y pertenece al partido Voluntad Popular. Además es esposo y padre de dos hijos.
Después de que el ex presidente Hugo Chávez falleciera en marzo del año 2013, el exvicepresidente Nicolás Maduro asumió la titularidad del Ejecutivo mientras se organizaban nuevas elecciones.
En abril de 2013, cuando se celebraron las mismas, Maduro fue declarado ganador y asumió nuevamente la presidencia. Varios activistas y antichavistas declararon que las elecciones no fueron auténticas, por lo que comenzaron a convocar al pueblo venezolano a manifestaciones pacíficas para exponer su descontento con el gobierno, momento desde el cual Leopoldo se convertiría en el líder opositor más importante de la nación sudamericana.
Las manifestaciones continuaron hasta que en febrero del 2014, durante una manifestación, murieron tres personas y otras 66 resultaron heridas por altercados.
El gobierno de Maduro declaró que todo era responsabilidad del líder opositor, por lo que se emitió una orden para arrestarlo. El día 18 de febrero del mismo año, Leopoldo convocó a otra manifestación pacífica y ahí se entregó a las autoridades de la Guardia Nacional Bolivariana declarando: “Si mi encarcelamiento ayuda al despertar del pueblo venezolano, bien valdrá la pena”.
Una encuesta realizada por Gallup en el año 2014 afirma que más del 75% de los venezolanos consideran que en su gobierno existe corrupción y autoritarismo.
Lo que yo me pregunto hasta este punto es: si en verdad las elecciones fueron verídicas y Nicolás Maduro fue el verdadero ganador de ellas, entonces, ¿por qué tanta gente asiste a las manifestaciones? ¿Por qué si verdaderamente lo eligieron como Presidente más del 75% del país considera que en su gobierno existe la corrupción? Suena ilógico.
Si Leopoldo es verdaderamente culpable de homicidio, ¿por qué a pesar de que está encarcelado, los números de heridos, desapariciones y muertes siguen aumentando a diario en Venezuela?
Si él realmente es el responsable, ¿por qué tiene todo un pueblo detrás defendiéndolo? Si él realmente es culpable, ¿por qué la nación lucha día con día por derrotar tu gobierno?
No sería la primera vez que existe un preso político en el mundo, que termina en la cárcel por tener ideas diferentes y movilizar al pueblo en busca de un mejor país.
Nelson Mandela también fue un activista contra el entonces sistema en el que se encontraba Sudáfrica: el apertheid. Sí, en efecto, Mandela llegó a ser Presidente y logró combatir el racismo, la desigualdad social y la estructura del gobierno anterior, pero antes de eso también fue un preso político más de 17 años.
Pero, ¿por qué mandar a la cárcel a los líderes nacionales y no optar por una solución más sencilla que termine con ellos, como lo hacen con los periodistas y otros activistas de menor importancia?
Porque Maduro sabe y le queda muy claro que Leopoldo López es intocable. Si en algún remoto caso le llegara a pasar algo más allá de la prisión, la gente se levantaría contra su gobierno y comenzaría una guerra civil. Gracias a Leopoldo, la sociedad se encuentra en calma buscando salidas sin violencia, de una manera pacífica.
Por eso, es mejor para el gobierno tenerlo tras las rejas, esperando que, en algún momento, los ciudadanos olviden.
Sí que olviden los familiares que han perdido, que olviden lo mucho que la Guardia Nacional atenta contra sus vidas diariamente, que olviden el hambre que han llegado a sentir, que olviden la pobreza que existe en sus calles, que olviden la corrupción en su gobierno, que olviden que existen presos políticos, que olviden sus propios derechos humanos, que olviden la sangre que se ha derramado de millones de venezolanos que desean y anhelan un cambio, que olviden a su líder.
Pero, Maduro, ¿te digo algo?: Venezuela, no olvidará. Venezuela, ya despertó. Venezuela, no dejará de luchar. Ya lo dijo Gandhi: «Recordad que a través de la historia, los caminos de la verdad y del amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen».
Fuente de la imagen: http://www.lapatilla.com/site/wpcontent/uploads/2014/02/Leopoldo-López-1.jpg