Hace algunos días, uno de los capos más polémicos de la historia del narcotráfico, Rafael Caro Quintero, salió de Puente Grande sin obstáculo alguno. Caminó como hombre libre después de ser protagonista de uno de los casos más controversiales de la justicia mexicana. Al sólo concluir 28 de una condena de 40 años, se descubrió que el asesino de Enrique Camarena fue mal juzgado al ser convocado a juicio en fuero federal en vez de fuero común.
Resulta bastante irónico que el Gobierno Federal no haya podido realizar una explicación contundente sobre el caso, y más cuando se realizan infinitas críticas tanto dentro como en el exterior del país. Resulta inadmisible que Caro Quintero, quien fue un papel principal en una de las crisis más importantes de la historia reciente, simplemente haya sido liberado con 12 años pendientes de condena, en un dictamen resuelto a oscuras.
La historia de Caro Quintero se remonta a al caso de Irán-Contreras, el cual fue organizado clandestinamente por el gobierno de Estados Unidos para financiar la contrarrevolución nicaragüense en Honduras. Durante el gobierno de Ronald Reagan, se tejió un plan para derrocar a los sandinistas, financiado por dinero proveniente de la venta de armas a Irán. La Contra, grupos derechistas opuestos al Frente Sandinista, trabajaban desde la frontera de Honduras combatiendo una guerra contra el régimen. Honduras se volvió el paso para que llegaran armas estadounidenses y cocaína colombiana a las fincas de los narcotraficantes mexicanos. De ahí, la droga era trasladada por México hasta llegar a Estados Unidos. Los encargados de manejar la droga en México, fueron Félix Gallardo, Don Neto y finalmente el polémico Rafael Caro Quintero.
Como toda venta clandestina, la situación fue descubierta por el Congreso estadounidense y tuvo que ser desmantelada. Desgraciadamente, el negocio ya era demasiado grande y el resultado fue que todos los involucrados murieran, desaparecieran o terminaran encarcelados.
¿Qué relación hay entre esto y la muerte del agente de la DEA? Al ser descubierta la red clandestina, Enrique Camarena dio la información sobre la ubicación de los ranchos mexicanos, acción que le costó la vida.
Es en ese momento cuando Estados Unidos se convierte en un país que «lucha por la justicia» y decide combatir el narcotráfico. Una decisión bastante irónica, pues sigue siendo uno de los países que más consumen drogas. Me quedo atónita ante semejante postura, pues sigue siendo uno de los países con más drogadicción del mundo. En otras palabras, Estados Unidos sigue apoyando el negocio del narcotráfico.
Desde el asesinato de Camarena, se inició una etapa de violencia en México, que todavía se vive. Rafael Caro Quintero, el hombre que fue liberado y que todavía no puede ser extraditado, es la insignia que el furor sigue presente.
