Vive. Muere. Repite: “Al filo del mañana” (crítica)

Vive. Muere. Repite: “Al filo del mañana” (crítica)

En un futuro no muy lejano, la tierra es diezmada por una raza de alienígenas. el mayor William Cage (Tom Cruise), se ve involucrado en una batalla contra estos seres y muere en combate sólo para descubrir que puede viajar en el tiempo, repitiendo el mismo día una y otra vez. De esta forma, Cage descubrirá junto con Rita Vrataski (Emily Blunt), una guerrera de las fuerzas especiales cuya extraña condición puede ser la única solución para salvar a la humanidad.

El director Doug Liman, que en anteriores ocasiones nos ha traído otros largometrajes cargados de acción como Identidad Desconocida (2002)  Sr. y Sra. Smith (2005) y Jumper (2008), ahora regresa con una propuesta de ciencia ficción que cumple          –hasta un poquito más- con lo que prometió.

Al filo del mañana es un largometraje poco convencional que mantiene la llama del género en el cual fue concebido y contiene toda la pinta de lo que un Blockbuster debe ser. El argumento tiene varios aciertos y desaciertos, sin embargo, por lo general, mantiene un ritmo ágil y dinámico desde los primeros momentos del filme, ya que nos sumerge a un escenario completamente bélico (con toda la acción que debe tener)

El guionista logra usar esos elementos de viajar en el tiempo para experimentar muy bien con el personaje de Gage (Cruise), logrando que la historia gire entorno a él y transformándolo poco a poco para generar una identidad muy bien estructurada.

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Dicha identidad se explora de una manera muy íntima ya que, nosotros somos los únicos que vemos la historia desde su punto de vista logrando identificarnos con el personaje. Así,  estamos en su batalla y generamos esa empatía que logra esa conexión publico-pantalla.

A pesar de ello, por momentos, la historia toma como punto de anclaje el viajar consecutivamente en el tiempo y se excede un poco en esta dinámica logrando una ruptura del ritmo, elemento que empieza a partir del tercer acto de la película y donde el director pudo tomar la oportunidad de terminar todo de una manera memorable, pero se limita al ya clásico: “el bien debe triunfar ante todo” volviendo el final predecible y arreglado.

Como sea, se agradecen los toques de humor que se incluyen de manera sutil a la trama y la enriquecen junto con todo lo demás.

Por otro lado, Tom Cruise resurge como actor y pone muy en claro que aún tiene las capacidades para ponerse en la piel de un papel que le exija todo lo necesario para mostrarle acción al público.  La química con su co-protagonista Emily Blunt es buena, aunque no excelente. Esta convivencia entre ambos personajes recuerda vagamente la situación que Cruise compartió con Nicole Kidman en Ojos bien cerrados (1999), pero no por ello debemos compararlas, ya que el personaje de Blunt es meramente un cliché que logra la mancuerna para proseguir efectivamente en la película, pero no aporta mucho más, al igual que los demás personajes secundarios.

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Como buena película de ciencia ficción, los elementos de efectos especiales y de sonido no se quedan atrás y cumplen con creces, llegando a la conclusión –en lo que elementos antes mencionados se trata- de que esto es lo mejor logrado en lo que va del año. Asimismo, su estética de colores fríos nos sumerge más a la atmósfera de esta realidad en donde estos verdaderos depredadores metálicos no dan tregua a la raza humana.

La ambientación del mundo desolado por alienígenas es remarcable, en especial el de la playa –que veremos muchas veces en la cinta- que nos hace recordar los horribles escenarios de la batalla de Normandía y con ello se nos vendrá a la mente la famosa e inolvidable escena de aquella batalla del largometraje Rescatando al Soldado Ryan de Steven Spielberg.

En conclusión es una obra eficaz que, a pesar de lo inverosímil que puede llegar a ser, no se va mas allá y no peca de exagerada. Cuenta con un concepto ingenioso de viajes en el tiempo, aunque no sería la primera vez que veríamos algo similar en pantalla (recordemos 8 minutos antes de morir de Duncan Jones). La gran bondad de este largometraje es que no se va a lo épico, simplemente se enfoca a una cosa: entretener.

Doug Liman nos entrega un trabajo fresco que sabe transmitir la emoción que necesita.  Al filo del mañana es entretenimiento actual y disfrutable.

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