De la Pantalla al Cómic, o el Peligro de la Sinergia Multimedia (columna)

De la Pantalla al Cómic, o el Peligro de la Sinergia Multimedia (columna)

 

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La semana pasada hablé de la adaptación de un medio literario (principalmente un cómic) al cine. En ésta entrada, exploraré el fenómeno inverso: elementos que surgen en las adaptaciones cinematográficas que son retroactivamente añadidos al medio original con la intención de atraer a una mayor audiencia.

La historia original de ‘Civil War’ fue publicada en el 2006, y la última vez que los ‘X-Men’ tuvieron un conflicto a gran escala con el villano ‘Apocalípsis’ fue hace más de una década. Sin embargo, ahora que están por venir las películas ‘Capitán América: Civil War’ y ‘X-Men: Apocalípsis’, en los cómics de Marvel se verán las historias ‘Civil War II’ y ‘X-Men: Apocalypse Wars’.

Obviamente, estas historias están hechas para llamar la atención de las audiencias recién salidas del cine. Sin embargo, no sólo fallan en su propósito, alienando a potenciales nuevas audiencias, sino que también alejan a fans leales.

Este fenómeno no es nuevo: es inmediatamente notorio al ver la apariencia y composición de, por ejemplo, ‘los Vengadores’ antes y después de la adaptación del 2012. Los miembros del equipo y sus vestuarios cambian para capitalizar el éxito de la película.

Avengers Vol 4. #19 (Noviembre 2011) - The Avengers (Mayo 2012) - Avengers Vol. 5 #1 (Diciembre 2012)
Avengers Vol 4. #19 (Noviembre 2011) – The Avengers (Mayo 2012) – Avengers Vol. 5 #1 (Diciembre 2012)

¿Y qué tiene de malo que hagan eso? Al final, es un negocio. Tienen que vender su producto, ¿no?

En efecto, eso sería una estrategia de negocios lógica. Pero por el inadecuado modelo de Marvel, no lo es.

Es difícil volverse lector de cómics. Es un medio cargado de décadas de historias y cientos, sino miles de personajes. Un lector casual debe de estar familiarizado, por lo menos superficialmente, con todo lo que ha pasado en el universo ficticio, y con todo lo que está pasando en las docenas de series que simultáneamente se publican.

Para dar un ejemplo: imagínese que es fan de la serie ‘Flash’ y quiere ver el episodio en el que el corredor carmesí hace crossover en ‘Supergirl’, pero no ve ‘Supergirl’. Podría ver el episodio por separado, pero la mitad del tiempo no sabría qué está pasando; podría ver toda la serie ‘Supergirl’ para estar al día, pero no valdría la pena por un solo episodio; podría leer un resumen en internet, pero eso haría del entretenimiento una tarea.

Ahora, a esa analogía agréguele la serie ‘Arrow’, porque ahí también hace crossover ‘Flash’. Y luego ‘DC’s Legends of Tomorrow’ y ‘Constantine’, porque todas forman parte del mismo universo y comparten personajes.

Ahora imagínese que no son cinco series de no más de cuatro temporadas cada una, sino décadas y décadas de comics que se publican mensualmente. Alrededor de 60 series simultaneas de parte de cada uno de los dos grandes –Marvel y DC–, algunas de las cuales se han estado publicando ininterrumpidas desde los 60s.

Veamos, por ejemplo, a la recientemente introducida heroína ‘Ms. Marvel’. ‘Khamala Khan’ hizo su debut en el 2013, hace apenas 3 años. Es una joven adolescente, y sus historias están hechas para resonar con chicas adolescentes modernas de la misma manera que las de ‘Spider-Man’ resonaban con chicos de los 60s. Es un personaje creado para atraer nuevas audiencias; por ende, ha de ser fácil de leer para un principiante, ¿no?

Aunque la primera serie de Ms. Marvel tuvo solo 19 capítulos, contó con apariciones de parte de ‘Wolverine’, ‘Loki’, la original ‘Ms. Marvel’, ‘Lockjaw’, ‘Medusa’ y los ‘Inhumans’. Al final, se vio involucrada en la trama ‘Last Days Of’ como parte del evento ‘Secret Wars’, que también implicó al resto del universo Marvel.

Ms. Marvel
Ms. Marvel

Todos estos personajes y situaciones venían acompañados de pequeños cuadros al principio del cómic que resumían todo lo que el lector necesitaba saber al respecto, pero el problema sigue latente. El lector recibe una historia fragmentada, dependiente de otras obras en las cual probablemente no tiene interés. El público en general no quiere que le digan «para saber cómo le paso esto a Wolverine, lee este otro cómic». Un lector nuevo muy probablemente se va a sentir abrumado por tanta continuidad.

Pero el público que sí disfruta acumular información expansiva sobre personajes y tramas, el público para el que está diseñado ese modelo de venta, está siendo alienado. Los personajes y tramas que se esforzó en memorizar están siendo desplazados por versiones pseudo-cinemáticas hechas para atraer nuevas audiencias.

Tal vez alguien emocionado por la próxima película de Capitán América se va a interesar en comprar Civil War II, pero eventualmente se va a alejar agobiado por la densa continuidad que carga el medio (¿quién es esta Capitana Marvel? ¿Por qué Capitán América es negro? ¿Por qué Thor es mujer? ¿Quiénes son todos estos personajes?). Esa densidad que es celebrada por los fans más leales, los mismos que se sienten dejados atrás cuando los escritores ignoran lo ya establecido de un personaje para asimilarlo a su versión cinematográfica.

Civil War II
Civil War II

Así nadie gana. Los fans antiguos se van porque la continuidad que veneran es hecha al lado para nuevas audiencias. Los fans nuevos se van porque la poca continuidad que queda es demasiada para su gusto.

Copiar lo que es popular en el cine sí vende, pero la audiencia que gana a largo plazo no supera a la que es alienada. La industria de los cómics está en crisis, y necesita nuevas estrategias para alcanzar una mayor audiencia y salir adelante; pero copiarle al cine ya demostró no ser una manera viable.

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